martes, 15 de marzo de 2011

Poemas y Escritos de David Darriba.

EL TINTE SOBRE EL CRISTAL


Uno de los seguidores de este blog, me pidió que le mandase algo que hubiese escrito en mi adolescencia. Aunque tengo cosas muchísimo más antiguas, no me atrevo a mostrarlas pues no tienen ningún tipo de interés. Este poemario primerizo está influenciado por el dadaismo y tiene también multitud de caligramas. Repito que es excesivamente primerizo y, por lo tanto, no sé si tiene más valor que el sentimental.



II

tal vez los cisnes de Dalí
sean realmente elefantes reflejados en el agua
cómo se va a imaginar un pez
que aquéllos no son elefantes
que ridículo pensar lo contrario diría el pez
y por qué no podemos carecer de rostro
como un personaje de De Chiricco
quién sabe si no nos lo presta
un juego de luces y sombras tal vez la realidad
no sea más que la superposición
de varios aspectos de un mismo objeto
como lo veían los cubistas
un millón de alternativas
un millón de realidades
una mano podría ser un abanico
un abanico una concha estriada
la concha un zapato del cuarenta y tres con forma de concha


IV

me resulta tremendamente dificultoso
andar con mis pies de corcho
en particular por un río o por el mar
porque estos salen a flote
a pesar del peso de mi cuerpo
y mi cabeza queda en el fondo
como el ancla de un barco
y un pez se aproxima e intenta hacerme el boca a boca
hasta que se va detrás del cebo del pescador
pero por fin consigo respirar
por los poros de mis pies
y el nenúfar que está a mi lado
me saluda amistosamente


IX

el personaje suicida de mi sueño
quiere que yo despierte
pero continúo con mi dulce pesadilla
porque soy un sádico
tal vez cuando duerma
en un ataúd
bajo varios metros de tierra seca
mi personaje vengativo
me persiga
con un despertador en la mano


XI

no sé a quién me recuerda este espejo
se me muestra el rostro de un hombre extraño
un día lo vi en las claras aguas de un río otro día
su imagen nació en las pupilas de mi amada los movimientos
del hombre eran iguales en ambos ojos
como el de las marionetas guiadas
por los mismos hilos era espantoso me seguía a todas partes
creí hallarme hechizado
estaba en las copas y era imposible beber estaba en las ventanas suelos pulidos armarios barnizados
y cuando me arranqué los ojos
llegó la explicación que tanto ansiaba
mi bastón es blanco largo ligero y se puede plegar.






INTERCALACIONES


Los pelos se enredan
en los seis agujeritos del desagüe.
Me dan repelús.
¡Casi tengo que apartar la vista de ahí!
Cubro mis manos con guantes de Látex,
me armo de valor,
y consigo sacar uno larguísimo.


Salgo a la ventana.
Ato un extremo del pelo
en un gancho que agujerea la cornisa.
El otro extremo lo anudo a mi garganta,
no sin antes subirme el cuello de la camisa para evitar su contacto.
Aunque el pelo no resista
el asfalto es durísimo. Agur.


¡Qué hermosa fístula
asoma en tu carne!
Como una boca que escupe
babas deliciosas. El volcán provocativo
que consume mi neocórtex.


Las esquirlas de la noche rota,
hieren a las siluetas
de los edificios
apagados.
Sus antenas, que son extremidades de monstruos,
se esconden,
mientras otras se alargan
por el pavimento azulado
con el riesgo
de terminar
crujiendo bajo un zapato.


Los árboles, fieles a su morada,
custodian la negrura que
poco a poco
escapa entre sus hojas,
que verdean una mañana más.




Pues sí, un día
me aplastó un exceso de ilusión.
Cayó sobre mí
como una catedral arruinada.
La ilusión
se volvió en contra mía
y se autosepultó. Y a quedado maltrecha.


Pues sí, la luz
me huye. Acude con presteza la oscuridad.
Siempre aprovecha para robarme
un trocito de vida, que se traga
para convertirse en luz,
y ocurre como un puntito de luz
en el cosmos: perdido como el náufrago.


Pues sí, mi cerebro reptiliano
engulle al neocórtex,
y tiene la necesidad de seguir
devorando salvajemente
todo lo que encuentra en su camino:
la ilusión,
la oscuridad,
la luz... y a sí mismo
aunque muera de una indigestión.












LA AZOTEA


Alfonso contempló el paisaje desde tan alto: los árboles que desde abajo parecían gigantes que alargaban sus corpulentos brazos para tocar el cielo, ahora se transformaban en enanos achaparrados, aplastados a la tierra, encogidos como si tuvieran un dolor de barriga. El conjunto de la ciudad parecía traspasar el horizonte; no supo muy bien dónde terminaba. El ladrido del perro llegó lejano a sus oídos; el bullicio de la mañana se transmutó en el canto de la chicharra. El humo de las escasas chimeneas en activo, acariciaba sus narices para seguir ascendiendo hasta perder su forma.

Y los hombres discutían como lo hacen siempre; los coches pitaban; los carteristas sustraían las carteras con sigilo; los ladrones amenazaban con navajas; éstas traspasaban la carne en mano de los asesinos; los violadores babeaban sobre sus asustadas víctimas; los empresarios despedían a los empleados sin piedad con un gesto severo, hiriente y ridículo como lo hacen siempre... Pero ahí arriba se respiraba calma. Aquello que podía advertir Alfonso lo hacía como Dios, impasible, como si no fuese con él. Respiró la calma. Y todo se sucedía así, normal, como cualquier día; pero visto desde arriba, desde mucho más arriba a lo que acostumbraba.

Cuando se arrojó al vacío reparó en el error que estaba cometiendo: mientras el viento azotaba todo su ser, todo aquello por lo que había decidido quitarse la vida se acercaba ahora con pavor cada vez más deprisa; más y más deprisa.







Poeta,Escritor.Novelista y Periodista. David darriba.





Nací en Madrid el otoño de 1974. No recuerdo si hacía frío o calor y es que la niñez tan prematura se las gasta así. Mis trabajos han sido de lo más variopintos: transportista, retractilador de revistas, auxiliar de cocina, limpiador de aviones, conductor de ambulancias, camarero, vigilante de seguridad, creador de crucigramas, fontanero utilizado como peón de albañil, instalador de gas, y en la actualidad recepcionista de una clínica dental... pero ante todo, escritor. ------------------------------------ OBRAS PUBLICADAS: EL COLOR DEL HORIZONTE. Editada en 2010 por el "Colectivo Cultural Giner de los Ríos" e impresa por la "Imprenta de Marbella".

martes, 8 de marzo de 2011

Poesia en Prosa de Daniel Viscarra.

Daniel Viscarra
Mi cuerpo danza el trovar de tus poros taladrados por mi aliento. Mi figura, se acaba de geografías bifurcadas por el viento y venajes enmarañados por arbustos. Mi piel se muda como un caleidoscopio de paisajes robustos. Mi mirada te desnuda como un rosal de color brusco.


Daniel Viscarra
Me enamoran los gajos semidesnudos y descalabrados que destruyen el rompecabezas de mi cuerpo. Hoy escalo el vacío sobre peldaños muertos. Hoy concibo el movimiento sobre trapecios y malabares desiertos.


Daniel Viscarra
Mordaces, sucumbían sus diáfanos ojos arrebolados, en las adalbas que dibujaban sus párpados amalgamados, ceñiendo, besando y bruñiendo de cárdenos boldos acampanados, en los crepúsculos de la noche, como una estrella oculta de Julio, cesándose de sus broches, proclamándose desnuda, en los adagios arpegiados por la luna. Mientras, la furiosa ambrosía de aquellos ojos negros, brunos como se bifurcan los visos del cielo en el estiaje de una abominable bandada de cuervos, pintarrajeaban con besos de narcisos, violetas y buganvilias, la espalda del sol declarándose muerto.


Daniel Viscarra
Los diáfanos sacristanes de mis reflejos se trenzan en la fontana de mis oídos, como románticos albatroces ronroneando mis sentidos.


Daniel Viscarra
Enarbolado, como el corazón encumbrado en el pecho de aquella abúlica almeja, escuchaba el rocío que empedraba tus recuerdos. Tus adagios se desnudaban de tal manera, que me eran como furiosos caballos piafando en las afonías trovadas de mis orejas. Me desangraba a venajes del pavor, me amortajaba en las afasias que encumbraban tu voz, de aquel espasmo sayón y vergudo, preñado de fantasmas y desamor.


Daniel Viscarra
La bruna mariposa acampanada, nada, braceando en sus reflejos de euforia,
sus aletas bifurcadas, zambullida en la copa de agua, buceando en los redondeles que proclaman la caligrafía de sus emociones.


Daniel Viscarra
Las abominables quebradas en mi contienda destronada desviven sus espadas de carne dentro a la corteza de mis concavidades extraviadas, sarcásticamente fingidas, creen creer destriparse creyendo en la sangre. Sus vehementes relejes creen actuar de mis gajos simulados, creen perder las uñas en las voces bifurcadas del antes.


Daniel Viscarra
Descamé los ajuares de mis ojos divulgándolos desnudos, cubrí los ajados senos de la incertidumbre de mudos y desalmados antifaces, bramé mis ancas desvestidas, mi pecho abrumado y mi piel calada en los adagios de mil disfrazes. Fui el crayón trizado en mis bosquejos, el sayón despiadado en arpegiar de mis emociones.


Daniel Viscarra
Resbalo en la voz inarmónica de mi espalda difuminada, resbalo en los gajes desencajados de mi corazón deformado, resbalo en el resbalar de tus sonrisas, resbalo en los andrajosos glasés de mis diablos encarcelados, resbalo en los porvenires de tu pútrida mirada nodriza, verduga de mis recuerdos y sayón de los vergajos empollados en mi cuerpo.


Daniel Viscarra
Aquel descamado pez, braceando en los casquijos más cobardes de la tierra, agraviando su desnudez con los pasos de un rata ajetreada, desflorando sus ancas invisibles y acausillando sus aletas desalmadas. Aquel pez con la risa de un elefante, sin colmillos ni mirada. Aquel triste pez despellejándose las entrañas con los dedos y la garras. Aquel pez que brilla como el releje de una espada.


Daniel Viscarra
Tengo conmigo a cuanto miedo intentes poseer, tengo conmigo tus caderas de caoba vanagloriada, tu espalda amalgamada de sonrisas y y tu piel alfombrada de caricias. Tengo conmigo el viento que bifurca tu corazón por las mañanas, tengo conmigo el panteón de tu muerte y el beso de tu restauración. Tengo conmigo tus ojos de cobre, el desamor de tus párpados y el amor furioso en tu voz.

Escritor y Musico. Daniel Viscarra.



Nacio un 5 de Julio de 1994, en Santiago de Chile,y quien desde la edad de 15 años empezo a escribir sus primeras prosas, asi como tambien inicio su Estudio en la Musica, actualmente cursa sus Estudios en la Secundaria y radica en la misma Ciudad donde nacio, desde donde sigue Escribiendo sus Poemas en prosa y sus reflexiones.

lunes, 7 de marzo de 2011

Poesia de Miguel Angel Rincon.

Las Piedras de Ica.


Donde se confunde lo antiguo y lo moderno

lo astral y lo terrenal, la verdad y lo incierto.

Donde el pasado se encuentra con el presente

y el hombre de hoy con el hombre de antaño.

Donde las piedras parecen contarnos al oído

nuestra propia historia o nuestro propio engaño.

Donde Ica se hace abismo y muestra al Mundo

los apócrifos secretos de ésta humanidad…


2008. Miguel A. Rincón Peña.

Poema escrito para el programa radiofónico dirigido por Daniel Valverde "El Sótano Sellado".




El equipaje.


Siempre pensé

que nunca tendría equipaje,

que sería libre como el viento,

y ya me veis,

cargado con esta maleta

raída por el tiempo.


Será que lo que uno

sueña en la niñez

es sólo fantasía,

ensoñaciones tejidas

con la inocencia

que nos da la infancia.


Hay quién soñó

con ser futbolista algún día,

yo soñé con alcanzar la Luna,

y ya me veis,

juntando letras

en lugares mal iluminados.


Y ahora, a mitad de camino

abro esta maleta

y me rencuentro

con libros viejos de poesía,

con algún disco de Rock & Roll

y con tus besos…


Miguel Ángel Rincón Peña

Del libro "Poemas en el equipaje" (Castellarte, 2009).




Buzón de voz.


No sé ni a qué hora

me fui a la cama anoche,

sólo recuerdo que me dejé caer

lentamente sobre ella.


Tampoco sé cómo desperté

derribado en el suelo,

sobre la alfombra roja

de mi desesperación.


Pobre cabeza la mía

que da mil vueltas sobre sí misma

aumentando, más si cabe,

la fatiga de mi corazón.


Llevo ya dos horas llamándote

al móvil, bebiendo cerveza

y pensando qué le voy a decir

a tu buzón de voz para impresionarte.


Miguel Ángel Rincón Peña

Del libro "Poemas en el equipaje" (Castellarte, 2009).




Mientras tú duermes.


Mirándote despacio,

con esta media luz,

tu cuerpo es un barco anclado

en los muelles de la noche.

Nada hay más bello

en este preciso instante

que tu cuerpo desnudo

tendido sobre las sábanas.


La luz de la Luna llena

entra en la habitación

iluminando tus pechos

callados, serenos, suaves.


Mis ojos son manos

que te recorren en silencio

y acaricio lentamente tu piel

mientras tú duermes.


Miguel Ángel Rincón Peña

Del libro "Poemas en el equipaje" (Castellarte, 2009).




Vida.


A veces, hay días que no quiero levantarme

porque sé lo que me espera, porque sé como está el mundo.

Hay mañanas que me quedaría todo el día en la cama,

en silencio y en la más absoluta oscuridad.


Es la mejor manera de protegerme de la rutina

de hacer oídos sordos a aquellos que sólo gritan,

es la mejor excusa para pensar tranquilamente

sobre en qué se ha ido convirtiendo la vida.


Vida que me nubla la vista con sus destellos

vida que me recuerda que sigo existiendo

vida que nos quita más de lo que nos da

vida que más que vida ésta es un tormento.

Vida con código de barras y fecha de caducidad

vida aliada de la soledad y del desconsuelo

vida minada por la contaminación de las horas,

de los días y de los irrepetibles años que han de llegar.


Miguel Ángel Rincón Peña

Del libro "Espacios compartidos" (Tiempo de cerezas, 2008).




Elucubraciones de un superviviente.


El paso del tiempo hace mover nuestro mundo,

hace que lo que ayer era semilla, sea hoy flor

que lo que ayer era una idea, hoy sea canción.


El transcurrir de la vida hace que todo evolucione,

que lo que hoy es sueño, sea mañana realidad,

hace que lo que hoy es un río, mañana sea un mar.


El maratón de la existencia inventa futuros improbables.

Quién sabe dónde terminarán mis huesos al amanecer,

quién sabe en qué lugares esperaré al anochecer…


La vereda de nuestra vida se va estrechando lentamente

casi sin darnos cuenta nacemos, crecemos, sin saber

que la añorada inmortalidad era cosa de la niñez.


Y aún hay gente que lucha a diario para existir,

portando banderas que el tiempo ha de barrer,

guiando sus vidas por la maraña del tropel.


Existe gente capaz de aguantar el chaparrón diario

que exige la subsistencia cuando no hay nada más,

cuando el amor es un desamor prolongado al más allá.


El rechinar de nuestros huesos nos hace pararnos y pensar

en cuestiones que hasta ahora nunca se nos habían ocurrido,

cosas que antes, nuestra incipiente juventud relegó al olvido.

Ya va siendo hora de aparcar la vida por un momento

y descender del tren a mirar la vía, a observar el fin.

Porque la vida, es agonizar y aprender lentamente a morir.


Miguel Ángel Rincón Peña

Del libro "Elucubraciones de un superviviente" (Castellarte, 2006)

Poeta, Escritor,Musico y Interprete. Miguel Angel Rincon.



Biografia.


Miguel Ángel Rincón Peña nació una noche de noviembre de 1977 en Ronda (Málaga), actualmente reside en Prado del Rey (Sierra de Cádiz). Desde muy temprana edad comienza su interés por la cultura, concretamente por la música y la poesía. A partir de entonces investiga, escucha y lee a los grandes.

Desde el año 2000 viene publicando artículos y poemas para varias revistas, tanto impresas como digitales. En la primavera de 2003 publica su primer libro llamado “La Tormenta”. En 2004 colabora en una antología poética llamada "Voces del pueblo". En el verano de 2005 realizó una exposición de poemas visuales. En septiembre de 2006 se publica “Elucubraciones de un superviviente” su segundo trabajo literario editado por Castellarte, SL. En abril de 2008 sale a la luz su tercer poemario bajo el nombre genérico de "Espacios compartidos" (Tiempo de Cerezas. Ediciones). Su último libro editado es "Poemas en el equipaje" (Castellarte, SL) en diciembre de 2009. También colabora asiduamente en varias emisoras de radio con secciones culturales. Es miembro del colectivo cultural El fuego de la utopía y forma parte del colectivo Poetas del Mundo y de la Red Mundial de Escritores. Actualmente dirige el portal Miguelangelrincon.com y miguelangelrincon.blogspot.com

Para primeros del 2011, participará junto a Rosario Troncoso, Sandra Rubio y Alejandro Holgado en la antología de poesía erótica "La pequeña muerte", un libro que editará El fuego de la utopía.

Colaborador en: Revista cultural "La Tapa" (Tenerife), Revista Digital "El Recreo", Revista Digital "Ciudadanos", Revista "Viejo Blues", Revista "Misterios" (Huelva), Poesiasalvaje.org, Periódico comarcal "Noticias Locales", Radio Guadalete (sierra de Cádiz), Programa de radio "El Sótano Sellado" (Alicante), Revista Cultural "El Diván" (Prado del Rey), Anuario "Noticiero Pradense", Revista "El Batracio Amarillo" (Granada), Revista literaria Remolinos,...

Poesia de Sinda Miranda.

Poesías Inéditas

S

Cielo

De nuevo el agradable vacío;
con el silencio que susurra,
palabras de amor.

La quietud en la nada.
El infinito entre mis manos.

Yo sé que el cielo existe,
porque hay nieve en las montañas.

Lo sé también cuando me besas,
cuando me besas...
en los labios.



   Ego y Alma

Quien se sienta capaz

de juzgar un poema,

que antes se desnude

y me hable de su infancia.



Entre el Agua y el Vino

Porque sé cuánto duele
cambiar de trabajo,
de aire y de amigos.

Porque tuviste el valor
de creer en tus sueños
y afrontar tu destino.

Porque siempre que fuiste libre
supiste elegir
entre el agua y el vino.

Nunca te propondré
que lo dejes todo
y te vengas conmigo.



Tuya Soy

Si golpean
a mi puerta,
no les abro.

Si me llaman
por teléfono,
no contesto.

Nadie viene,
que yo sepa,
a buscarme.

Porque a nadie,
le permito
que haga eso.

Si me llaman
por mi nombre,
en la calle...

Si me miran,
a los ojos,
con deseo...

Pienso en vos,
amor mío
y te encuentro.

Tuya soy,
tuya desde
que estás dentro...



En medio pliego de papel

En medio pliego de papel,
escribo TU NOMBRE
con letras bien grandes.

Y para recordarlo siempre...
lo sujeto con una chinche fuscia

en la pizarra de corcho

de mi corazón.



El Mensaje

Estaba en mí,
y no era yo.
No era
lo que interpretarón cuando hablé.
No era mi voz, ni mi corazón.
No fui lo que escucharon

ni lo que leyeron,

no no
no.

Fue la Vida,
esa de miles de años;
la que de repente nace,

asusta,

inquieta
y sorprende.
La que utiliza las bocas
de extrañas personas,

para decir lo que quiere...



¿Dónde descansan los ángeles?

De niña jugaba con ellos,
me visitaban de tarde,
vestidos de blanco sin alas,
sin alas ni equipaje.

Acudían a mi habitación,
como un reloj de puntuales;
para cantarme una canción
y entre sus brazos cobijarme.

He oído que en la tierra,
andan cerca de los mares;
cuando la gente los ignora

y no comprende sus mensajes.

Pero yo, que soy distinta,
que puedo verles y escucharles;
llevo tiempo tras sus huellas
en un dulce peregrinaje.

Te pregunto lector,
¿dónde descansan los ángeles?

porque yo no lo sé,
y uno de ellos... es mi padre.